Bien, por fin nuestro "bicigrinaje" ha llegado a su fin. Después de salir de Arzúa, una etapa mas bien corta nos acerca al Monte do Gozo, llamado así por la alegría que sentían los peregrinos por ver al fin Santiago. Manuelita aprovechó para visitar el monumento que conmemora la visita del Papa a Compostela y también el lugar desde el que los peregrinos divisaban las torres de la Catedral. Un poco más de pedaleo y alcanzamos ya Santiago y la Praza do Obradoiro. Después de tan largo viaje (820 km) tuvimos que esperar un ratito a que nos concedieran la Compostela, que es la certificación de que hemos cumplido con los requisitos del Camino. Aquí puedes ver también nuestra credencial con todos los sellos que poníamos día a día.
El Camino ha sido bastante duro, sobre todo para las rodillas y el trasero de mi portador, pero le gustaría poder hacer algún otro de los caminos dentro de un tiempo, cuando el cansancio se pase y la cabeza olvide los momentos malos y se quede solo con lo bueno. Lo mejor, los senderos ratoneros que hacían disfrutar mucho del manejo de la bici de montaña; lo peor, las subidas interminables que hacían dudar de que hubiese algo al final, aunque como en el caso de la Cruz de Ferro o Cebreiro el final era totalmente impresionante. Mi duda es: ¿en invierno aguantaría Manuelita las montañas cubiertas de nieve? porque de ser así podría ser una próxima opción.
P.D. Obviamente, lo mejor de todo es volver a casa
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